El último lector

(Foto: Día del libro en Barcelona, 1932. Gabriel Casas).  Tiempo de lectura: 1 minuto


Es tremendo lo que una simple imagen puede detonar en la mente de quien la observa. Por ejemplo en la mía, que al ver esta fotografía de Gabriel Casas me hace pensar no sólo en el presente de la lectura, sino en todas las imposibilidades de su futuro. Las fotografías son puertas al pasado, pero también permiten atisbar el porvenir. Y sí,  ya sé que soy pesimista, pero al igual que a Ray Bradbury, me arde la mente al pensar que es cierta su mítica frase:

No debes quemar libros para destruir una cultura. Solo haz que la gente deje de leerlos”.

Las encuestas en México son raras, hay quien se atreve a decir que en el país sí leemos; los números y la condición actual de nuestra sociedad demuestran lo contrario (pase usted a crearse su propia opinión: México lee 3.8 libros al año, indica encuesta de Inegi).

Mientras tanto, hay un niño congelado en el espacio y el tiempo del aparador de una librería. No sabemos su historia. No sabemos si posó o fue un momento fortuito en que Gabriel Casas estaba del otro lado del vidrio esperando cazar a alguien. Tampoco importa. Ese día, el clic de su cámara fotográfica retruena en la historia de la Barcelona de 1932, dejando en el más rotundo silencio al último lector.


Para saber más sobre este fotógrafo español, consulta este dossier de prensa:

Javier Tinajero R.
Para reconocerse tuvo que andar a favor de los vientos.

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