Por el Dr. Octavio Quintanilla. San Antonio Poet Laureate
En su primera colección de poemas, Párpados y pájaros, Javier Tinajero está interesado en los sueños, en la naturaleza del soñar. Pero en ese repertorio, como en su más reciente poesía, también presagiaría otra preocupación: el tiempo, y la naturaleza del tiempo. En Párpados y pájaros escribe:
En la quietud del tiempo no existe espacio para la distracción / es tiempo adentro del tiempo.
Y ahora en este libro, El tiempo rueda, la contemplación de nuestra transitoria existencia recrea una biografía emocional de los poemas. Después de todo, cuando hablamos del tiempo también lo hacemos de nuestra mortalidad, de la decadencia de todas las cosas.
Cuando leemos la poesía de Javier Tinajero nos hacemos más conscientes de nuestras cuerpos, sentimos su vulnerabilidad. No es difícil obtener esta certeza cuando escribe:
Una hora más, unos minutos más, una palpitación menos.
Aquí hay una ecuación matemática, una paradoja que define nuestra relación con el tiempo: con cada segundo que pasa, con cada minuto que pasa, con cada hora que pasa, perdemos poco más de un latido. “No hay mañana / siempre es ahora”, Tinajero escribe; en el contexto de sus poemas, mañana existirás un poco menos que hoy.
Quizá por ello es relevante citar a Jorge Luis Borges, otro poeta preocupado por el tiempo:
El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego.
Como Borges, Tinajero se da cuenta que el tiempo no está fuera de nosotros: está dentro de nosotros; somos el tiempo: “Para encontrar el tiempo / despójate del reloj…”. Deshazte de tu reloj si quieres encontrarte con el tiempo, si realmente quieres hallar la esencia de lo que estás hecho.
Dr. Octavio Quintanilla
25 de septiembre de 2015
Our Lady of the Lake University
San Antonio Texas.