Si las librerías son bosques, las bibliotecas son selvas… y en ellas aún persiste el ideal de la libertad. Pero es en los lectores y no en los libros donde la palabra libertad se reinventa. Al leer (aunque en los letreros falten letras, aunque haya libros con páginas arrancadas), algunos, no todos, nos sentimos libres.
De la libertad de leer
